ILUMINACIÓN & BIOINTERIORISMO
Luz Natural
La presencia de la luz natural aporta calidez a cualquier espacio, proporcionando un encanto especial. Los espacios con una buena iluminación natural se perciben como más amplios y confortables, aportándonos una agradable sensación de bienestar.
Pero, más allá de los aspectos estéticos, la luz solar es esencial para la vida. La exposición a la luz natural aporta muchos beneficios ya que influye directamente en nuestra salud y estado de ánimo. La iluminación natural refuerza nuestro sistema inmunológico, mejora el ritmo circadiano facilitando el descanso, optimiza la función cognitiva de nuestro cerebro, aumenta la producción de serotonina y mejora nuestra salud visual.
En consecuencia, una mala iluminación puede causar cansancio, estrés, dolor de cabeza, fatiga ocular, insomnio, estados depresivos o problemas de concentración.
A la hora de proyectar los interiores, deben tenerse en cuenta todos los elementos que permiten conseguir una cantidad adecuada de luz natural para que ésta no se transforme en una desventaja, ya que una buena iluminación natural debe proporcionar suficiente luz de día a un espacio pero sin producir deslumbramiento, exceso de temperatura u otros efectos negativos.
Luz Artificial
En nuestra vida cotidiana pasamos gran parte de nuestro tiempo en espacios interiores en los que la luz natural no siempre es suficiente, por lo que necesitamos una combinación de luz natural y luz artificial.
La luz artificial ha dado muchas ventajas a las personas, pero también ha creado dudas en nuestros cerebros, ya que nuestro ritmo circadiano está muy predispuesto al cambio según la luz recibida, la temperatura y otros elementos que alteren nuestros sentidos.
Por este motivo y con el objetivo de mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas, es clave un diseño de la iluminación en base a sus tres dimensiones: intensidad, temperatura de color y dirección de la luz, equiparando la luz artificial a la luz natural y manteniendo el ciclo de 24 horas.